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El empezar el crecimiento de los becerros de la mejor manera puede establecer una vida llena de salud y productividad. Los becerros recién nacidos no tienen defensas inmunológicas. Además, generalmente tienen respuestas inmunes lentas o débiles al exponerse a los agentes patógenos infecciosos. Todos los becerros tienen un microbioma dentro de sus cuerpos. El empezar a desarrollar un ambiente interno fuerte desde el nacimiento producirá becerros saludables y mejor productividad más adelante. La colonización de todo el tracto GI (gastrointestinal), incluyendo el rumen neonatal, sucede rápidamente.

El parto es un tiempo de alto riesgo para el becerro y la vaca. Cada uno necesita cuidado especial, aún después de un nacimiento sin problemas. Si existen problemas durante el parto, se requerirá aún más cuidado especial para ayudar a la vaca y al becerro a recuperarse. La buena gestión en esos momentos prepara a la vaca para una lactancia productiva y reproducción exitosa, y el becerro puede empezar su vida en el pie derecho. El reducir el estrés y crear una área cómoda para que la vaca dé luz al becerro son críticos para crear un programa de transición exitoso.

Mímica la naturaleza en las parideras

Lo mejor es poco estrés. Un pequeño paraíso lejos del ajetreo de los empleados agricultores.

Minimiza la transmisión de enfermedades, lejos de otros animales, especialmente becerros jóvenes y vacas enfermas.

La salud de los becerros recién nacidos se optimiza al empezar sus vidas en el área más limpia posible.

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