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La diarrea en los becerros causa más pérdidas financieras para los productores que cualquier otro problema en sus manadas. La diarrea en becerros no es una sola enfermedad; sino un signo clínico asociado con varias enfermedades caracterizadas por la diarrea. Agentes infecciosos causan el daño principal a los intestinos, pero la muerte causada por la diarrea suele ser resultado de la deshidratación, la acidosis y la pérdida de electrolitos. El identificar los agentes contagiosos que causan la diarrea es esencial para implementar medidas preventivas eficaces. Los excelentes gerentes de lecheros pueden identificar las enfermedades rápido, y tratan a los becerros para que tengan las mejores probabilidades de recuperarse pronto. Mientras podemos identificar los agentes específicos de enfermedades que causan la diarrea, también es importante tener en cuenta que el control de la enfermedad suele requerir una estrategia de prevención con un enfoque sistémico generalizado como solución al problema, más que un tratamiento individual. La diferencia entre el mantener su buen estado de salud y enfermar los becerros puede ser solamente una pequeña inclinación de la balanza entre los factores ambientales y corporales de los animales con los agentes parasíticos, virales y bacterianos a los cuales están expuestos.

E. coli

Los becerros se contagian dentro de los primeros 3 días de sus vidas. E. coli enterotoxigénico (ETEC) es la causa más común de la diarrea en becerros recién nacidos.

La mayoría de las cepas de E. coli (K 99) que son capaces de causar la diarrea, colonizan las tripas del becerro primero.

La deshidratación suele ser grave y puede ser fatal antes de que la diarrea aparezca.

La duración de la enfermedad es rápida; el proceso —el quedarse sin fuerzas, la diarrea, la deshidratación, y al final, la muerte— puede durar menos de 24 horas.

Rara vez los antibióticos tienen influencia sobre las consecuencias de esta enfermedad. El suministrarle líquidos es esencial para su supervivencia.

Salmonella,

Las infecciones suelen surgir entre becerros de 5 a 14 días de edad. También pueden afectar a los becerros hasta que tengan la edad de 12 semanas.

La infección se transmite de forma fecal-oral. Los animales que padecen de esta enfermedad suelen tener fiebre, se esfuerzan para defecar y carecen de un buen apetito.

La salmonella puede cruzar el tracto intestinal y entrar en el torrente sanguíneo, causando la septicemia. Estos becerros suelen fallecer dentro de uno o dos días.

La sangre y partes de los intestinos pueden aparecer en las heces. La diarrea puede ser sanguinolenta o aguada, oler horrible, tener mucosidad y contener pedazos de las paredes intestinales.

La salmonella produce una toxina potente o una endotoxina (tipo de veneno) con sus propias células. El tratamiento debe ser creado específicamente para combatir el choque endotóxico.

Este organismo puede estar en los desperdicios de la leche no pasteurizada. También estas bacterias pueden causar la neumonía.

La Salmonella Heidelberg ha surgido recientemente como un asesino altamente poderoso de becerros, causando unas pérdidas fatales de entre 25 % a 60 % de los becerros contagiados en tan sólo 4 a 8 horas. S. Heidelberg es resistente a muchos antibióticos.

Coronavirus

El coronavirus y su compañero típico, el rotavirus, aparecen en becerros de 5 a 30 días de edad. La mayoría de los brotes surgen cuando los becerros están cerca de la edad de una semana.

El coronavirus es él que causa la diarrea sanguinolenta y también puede causar síntomas respiratorios.

El daño a las paredes intestinales es más severo con el coronavirus que el rotavirus, por eso otros patógenos pueden colaborar para producir un episodio de diarrea más grave.

El coronavirus hace daño a las células en las criptas intestinales y ralentiza el proceso de sanación en las paredes intestinales. El resultado es una destrucción generalizada de las paredes del intestino delgado.

La falta de la absorción de nutrientes mediante un intestino delgado causa deficiencias nutricionales para el becerro e interfiere con la capacidad del resto del sistema digestivo de absorber el agua.

El daño causado por el coronavirus o el rotavirus suele intensificarse por las infecciones bacterianas, y el riesgo de la apariencia de la diarrea fatal aumenta cuando las infecciones aparecen (25 % de pérdidas han sido reportadas).

La morbilidad (la cantidad de becerros enfermos) es entre 1 – 2 % hasta 20 – 30 %. La tasa de mortalidad es variable. Muchos becerros se recuperarán si reciben un tratamiento rápidamente.

Rotavirus

La diarrea suele aparecer de 3 a 7 días de edad.

Puede haber baba saliendo de la boca y diarrea aguada profusa. Las heces podrán variar en colores desde amarillo hasta verde.

El rotavirus infecta las células esenciales para la absorción de nutrientes en el intestino delgado. Esa falta de la absorción de nutrientes en el intestino delgado causa deficiencias nutricionales para el becerro e interfiere con la capacidad del resto del tracto digestivo de absorber el agua.

Los becerros con el rotavirus no siempre tienen diarrea.

Los becerros pierden su apetito y la tasa de mortalidad puede ser alta. Las pérdidas fatales se asocian con la deshidratación pronunciada de forma constante.

La infección puede durar poco tiempo, pero las paredes intestinales se tienen que recuperar de los daños.

Cryptosporidium Parvum

Los becerros normalmente se infectan poco tiempo después de nacer y contraen la diarrea entre 5 a 7 días de edad.

Los criptosporidios son parásitos protozoarios de tamaño mucho más pequeño que las coccidias. Los organismos sobreviven bien en el medio ambiente.

Los criptosporidios se implantan en la pared del intestino y causan daño inflamatorio severo a esa área.

La diarrea es resultado del daño. Las infecciones de criptosporidios son muy dolorosas para el ternero.

Como regla general, los criptosporidios se detectan en combinación con el coronavirus, el rotavirus y/o E. coli.

Los becerros que no tienen buena inmunidad de calostro o que están estresados por una nutrición inadecuada o fría son especialmente susceptibles. La inmunidad de calostro no protege al animal al cien por ciento.

Esto es una de las enfermedades más graves que usted puede llevar a casa de regreso de la subasta.

Clostridium Perfringens

Las infecciones de clostridium perfringens (C. pefringens) son conocidos por el nombre enterotoxemia. La enterotoxemia es fatal y proviene de toxinas secretadas por varios tipos de C. perfringens.

Hay varios tipos de C. perfringens: A, B, C, D, y/o E. El tipo C puede causar la diarrea.

Es posible que aparezca o no aparezca la diarrea sanguinolenta.

La enfermedad aparece rápidamente. Los becerros contagiados tienen síntomas del desgaño y la ansiedad; también tensan o le dan una patada al abdomen. Algunos becerros desarrollan el cólico, se deprimen o pueden padecer de la hinchazón.

Los signos del sistema de nervios o de cólico pueden manifestarse antes de su fallecimiento. En muchos casos, los becerros pueden morirse sin la manifestación de síntomas.

En una examinación post mórtem, existirá una hemorragia característica en los intestinos y puede ser de color morado.

El becerro que tiene hambre puede consumir demasiada leche, lo cual establece un medio en los intestinos propicio al crecimiento y la producción de toxinas de parte de los organismos clostridiales.

Diarrea nutricional

La diarrea blanca causada por el paso de la leche no ingerida a través del tracto intestinal; este tipo de diarrea suele presentar pocos problemas cuando se le da un tratamiento al animal infectado.

La sincronización incorrecta - Alimenta a los terneros con un horario regular determinado. El alimentarlos en horarios no programados causa el estrés y aumenta las probabilidades de la acidosis

La temperatura incorrecta - Los becerros deben beber la leche a la misma temperatura que su temperatura corporal, lo que es entre 101º F o 38º C y 102.5º F o 39º C.

El mezclar incorrectamente - Asegúrate de que midas el agua y el polvo del reemplazante por el peso del animal, luego mezcla bien. Un lacto reemplazante demasiado concentrado puede hacer que se mueva el agua ya en el cuerpo del becerro al intestino. Esto causará la diarrea osmótica.

Coccidiosis

La coccidiosis rara vez es un problema para los becerros jóvenes. La infección provocada por el parásito coccidia puede aparecer desde 1 a 2 semanas hasta varios meses de edad.

El parásito tiene un período de incubación de 3 semanas desde el tiempo que se infectó hasta que se dispersen los parásitos infecciosos en el medio ambiente.

La mayoría de los brotes se asocian con el estrés, las instalaciones sanitarias inadecuadas, la superpoblación o los cambios alimentarios repentinos. Se propaga por una transmisión fecal-oral y se diagnostica fácilmente por un examen de las heces.

Algunos becerros contagiados pueden exhibir síntomas de daño cerebral o normalmente se observa la diarrea sanguinolenta.

La mayoría de estas infecciones (95 %) son subclínicas, pero otros factores estresantes para el animal y/o una dosis de coccidia abrumadora causarán síntomas visibles.

La coccidiosis suele aparecer en climas tibios y húmedos.

Los becerros infectados pueden tener pelo áspero, una panza agrandada, malas condiciones físicas y un crecimiento atrofiado de forma permanente.

Si algún animal tiene diarrea debido a la coccidia en un grupo de terneros jóvenes, es mejor tratar al grupo entero.

Una vez que un animal se diagnostique con la coccidia, considere el área contaminada al cien por ciento. Los animales con diarrea deben desparasitarse o recibir un tratamiento mediante los suministros del agua.