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El rotavirus es uno de los virus más comunes asociados con la diarrea de los terneros. La diarrea generalmente se desarrolla entre los 3 y 7 días de edad. Puede haber babeo de saliva y diarrea acuosa abundante. Las heces variarán en color de amarillo a verde. El rotavirus infecta las células esenciales para la absorción de nutrientes en el intestino delgado. La falta de absorción de nutrientes en el intestino delgado provoca deficiencias nutricionales en el ternero e interfiere con la capacidad del resto del tracto digestivo para absorber agua. No todos los terneros con rotavirus tienen diarrea. Los terneros pierden el apetito y la tasa de mortalidad puede ser alta. Las pérdidas por muerte se asocian constantemente con una deshidratación pronunciada. La infección puede ser de corta duración, pero el revestimiento intestinal debe recuperarse del daño.

El coronavirus es una causa de diarrea en terneros jóvenes. El virus puede infectar las células epiteliales del intestino delgado (intestino) y provocar su muerte. Seguirá una diarrea moderada a severa, que durará de 4 a 7 días. Los terneros afectados suelen tener entre 1 y 3 semanas de edad. El ternero puede tener una temperatura alta o, en algunos casos, una temperatura anormalmente baja. El ternero pierde la capacidad de digerir y absorber la leche. El coronavirus también daña las células de las criptas intestinales y ralentiza el proceso de curación en el revestimiento intestinal. Además, el daño causado por el coronavirus a menudo se ve agravado por infecciones bacterianas y el riesgo de diarrea mortal aumenta cuando se producen infecciones mixtas. Los terneros infectados están gravemente deprimidos con babeo excesivo y diarrea acuosa; el color fecal varía de amarillo a verde. El abdomen se puede contraer y las drogas prácticamente no tienen efecto sobre la diarrea. La pantorrilla puede esforzarse para defecar o las heces son expulsadas con fuerza.

La especie de bacteria Salmonella se ha asociado con enteritis en terneros, pero al igual que E. coli, Salmonella tiene una fuerte tendencia a propagarse más allá del intestino y causar una enfermedad generalizada. El resultado de esta invasión es el daño al tejido, por lo que el agua y los alimentos no pueden absorberse. La salmonela puede invadir fácilmente el resto del cuerpo, causando envenenamiento de la sangre y muerte rápida. La salmonela produce una potente toxina o una endotoxina (veneno) dentro de sus propias células. Los signos clínicos asociados con la salmonelosis incluyen diarrea sanguinolenta, fibrina en las heces, depresión y temperatura elevada. La enfermedad es más grave en terneros jóvenes o debilitados. Los terneros infectados pueden eliminar el organismo en heces, orina, saliva y secreciones nasales, contaminando todo lo que tocan y todo lo que les toca.

Escherichia coli es casi la única diarrea que se presenta durante los primeros tres días de vida, a menudo el primer día. La bacteria E. coli libera una toxina que daña el revestimiento celular del intestino, lo que hace que cambie la capacidad de absorción normal del intestino y provoca la secreción y pérdida de líquidos y electrolitos. Este proceso puede bombear tanto líquido al intestino que el ternero muere antes de que aparezcan los signos externos de la diarrea. La prevención implica la limpieza y vacunación de las vacas seguidas de un manejo adecuado del calostro.